domingo, 18 de noviembre de 2012

4º ABRAZO AL ROBLE DEL CANAL



OLGA Y MARIANO "DEFENSORES DE LOS ÁRBOLES" 2012
Por cuarto año se ha celebrado el Abrazo al Roble del Canal, un acto simbólico que pretende concienciar a los ciudadanos para que cuiden de los árboles y exijan a las administraciones un mayor compromiso con la conservación de los árboles en la ciudad. Las asociaciones convocantes han elegido este año a Olga Conde y Mariano Mérida para dar lectura al manifiesto bajo el Roble. En breve publicaremos en esta misma página el texto del discurso.
 
El acto ha contado con numeroso público que previamente ha realizado un recorrido por las orillas del Canal para acabar en el abrazo al Roble, que ha sido acompañado por la lectura de unas poesías  por un grupo de niñas y por  música popular.
 
Gracias a todos los que habéis colaborado.
 
Asociaciones de Vecinos y Vecinas de San José, La Paz, Torrero y Venecia y Asociación El Cantero y ANSAR
Texto completo Manifiesto 2012


MANIFIESTO “ABRAZO AL ROBLE 2012”
Por Olga Conde y Mariano Mérida 

Estamos aquí, una vez más para dar un abrazo de nuevo al roble. Este roble situado junto al Canal Imperial de Aragón, al igual que el inmenso roble que se encuentra en el palacio de Carlos V junto al Bocal y del cual, es posible, que este sea hijo.

 Queremos con este acto dar un homenaje a las personas que día a día defienden el arbolado urbano, arbolado continuamente amenazado en nuestra ciudad.

En nuestras civilizaciones y sobre todo en el medio urbano, hemos perdido la ligazón con el árbol, con la naturaleza y por tanto, hoy en día la mayoría de las peticiones que llegan al Ayuntamiento no son para demandar la salvación de los arboles que sobreviven en nuestras calles y plazas, sino para demandar que se talen, poden etc. Mucha gente los percibe como una molestia o amenaza. Sin entender que la amenaza no la generan los árboles sino las obras que se realizan en la calle y que con las heridas que provocan en raíces, tronco,  etc., provocan su enfermedad y como consecuencia  su amenaza para ellos mismos  (su muerte) y para la población al dar lugar a su derrumbe ante cualquier inclemencia del tiempo.

Zaragoza, es una ciudad que no respeta su arbolado. Día a día vemos las obras en la calle se diseñan sin tener en cuenta al árbol.

El primer homenaje, abrazo a este árbol se hizo con Emilie, una persona que mientras vivió en Zaragoza, luchó, en vano por el respeto del arbolado urbano.

Ella, junto a un conjunto de profesores y representantes del Gabinete de educación ambiental del Ayto., decidieron en 2003 recorrer las calles y observar los arboles que en ellas se encontraban. Descubrieron que había algunos de gran porte o singulares que allí estaban, testigos del tiempo y pensaron que merecían, al menos, ser tenidos en cuenta, llamar la atención de su presencia, ya que ellos, los árboles,  no tienen voz. Y entre los árboles identificados se encontraron con este roble, al igual que con el laurel, la encina etc. y con 57 árboles más y 11 conjuntos singulares.

El Ayuntamiento, con sorpresa por su parte, decidió en 2005, elevar al Pleno su protección, la cual fue aprobada por unanimidad,  pero como todos sabemos esto ha quedado en papel mojado.

Hemos visto como muchos de ellos han sido talados o han muerto, como ha sido el caso del laurel de la antigua cárcel de Torrero (nadie piensa que pueda recuperarse), resultado de lo mismo: falta de coordinación entre los distintos servicios implicados en las actuaciones urbanas que se realizan en las calles de nuestra ciudad.

Pero ante esta realidad, parece que siempre son “otros” los responsables: la empresa adjudicataria de una remodelación de aceras, de una zanja para conducciones, de un proyecto urbanístico, pero en definitiva, obras que tienen que contar con una aprobación municipal. Por tanto si que  existen responsables, aquellos que aprueban los proyectos sin tener en cuenta el árbol.

En estos momentos se está diciendo que algunos de estos árboles singulares, catalogados en su día, son especies invasoras que hay que quitar del catálogo, es el caso de las acacias de  tres espinas y los ailantos.

Estos árboles podrían constituir un problema en los espacios naturales como los ríos pero realmente el mayor invasor ha sido el urbanismo especulador que ha invadido el espacio fluvial  y ha llegado hasta las mismas orillas del río haciendo desaparecer los bosques de ribera.

Realmente, habría que hacer un homenaje al ailanto sencillo, el único árbol de ciudad que medra en solares marginados, olvidados, como diría Pesoa, llenos de escombros de nuestra vieja ciudad.

Ello no hace más que corroborar que sigue sin tenerse en cuenta el valor que significa el arbolado en la ciudad.

Queremos, por tanto, con este abrazo al roble , hacer una denuncia, una vez más ,a este “modo de hacer” que sigue perpetuando la muerte del arbolado y un llamamiento a los ciudadanos a reclamar la defensa del mismo.

Sabemos que hay muchos problemas en el mundo y en nuestra ciudad, más importantes que el árbol pero como dice Galeano,

Son cosas chiquitas.
No acaban con la pobreza
no nos sacan del subdesarrollo,
no socializan los medios de producción
y de cambio, no expropian las cuevas de Alí Babá.

Pero quizá desencadenen la alegría de hacer,
y la traduzcan en actos.

Y al fin y al cabo, actuar sobre la realidad
y cambiarla aunque sea un poquito,
Es la única manera de probar
que la realidad es transformable.”

Eduardo Galeano                  

No hay comentarios:

Publicar un comentario